arteUnaopina
de página12.com.ar Duplicaron la recompensa ofrecida a cambio
de información sobre López Jorge Julio López fue secuestrado el 27 de octubre de 1976 por
una patota encabezada por Etchecolatz. El 27 de octubre de 1976 Jorge Julio López fue secuestrado por una patota encabezada por el ex comisario Etchecolatz, ex jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense. “Rompieron la puerta y entraron. Etchecolatz estaba ubicado en diagonal a mi casa, en el auto. Me vendaron los ojos con un pulóver por encima de la cabeza, y lo ataron con las mangas y con alambre, pero podía ver”, relató en su declaración del 28 de junio ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. El entonces militante de la unidad básica Juan Pablo Maestre, que respondía a Montoneros, fue llevado a Cuatrerismo, en el departamento de Arana. “Ahí nos picanearon toda la noche. Etchecolatz no tenía compasión, él mismo iba y nos pateaba”, describió al referirse a quien fuera la mano derecha de Ramón Camps. Mañana, cuando se cumplan tres décadas de estos hechos y 40 días de su segunda desaparición, comenzará a funcionar (a las 16) una radio abierta y a las 18 habrá una “ronda por Julio”, con proyección de un video. Los organizadores sumaron al pedido por la vida de López la nulidad de los indultos, la cárcel efectiva a los genocidas, el desmantelamiento del aparato represivo y el llamado a un paro activo nacional. Por su parte, los hijos de López se reunieron el martes con el gobernador Solá y salieron “conformes”, aunque la búsqueda aún siga siendo infructuosa. Durante el encuentro, el funcionario les habría manifestado que esa tarea es “una prioridad” de los argentinos y que “nadie baja los brazos” en la investigación del caso. Ayer, durante un acto que Solá encabezó en General Las Heras anunció que elevará a 400 mil pesos la recompensa con la que intenta obtener datos sobre López. “Toda información que finalmente conduzca a saber algo del paradero de Jorge Julio López va a ser de una ayuda importantísima. Queremos que la gente sepa que no podemos quedarnos quietos”, dijo Solá. Allegados al testigo desaparecido calificaron de “pura basura” las versiones que circularon la semana pasada sobre su supuesta aparición en la zona de Atalaya. Además, le plantearon al fiscal Marcelo Martini cómo era posible que aparecieran en televisión partes del expediente mientras que ellos no podían acceder a esas fojas. El representante del Ministerio Público les respondió que los únicos que tienen copia de la causa son los agentes de la SIDE involucrados en la investigación. Mientras tanto, quienes representaron a López en el juicio contra Etchecolatz evalúan solicitar el cambio de calificación de los hechos, que por ahora es “averiguación de paradero” por la que consideran más pertinente: “desaparición forzada de persona”. El reclamo por López se hizo parte de otras luchas, como la de las mujeres que participaron en el reciente encuentro de Jujuy, o la de los docentes universitarios, que desde ayer cumplen con un paro en el que sumaron a sus demandas la aparición del testigo. Mañana las distintas facultades aparecerán con banderas negras, por López y por el desmantelamiento del aparato represivo, el juicio y castigo a todos los culpables y la nulidad de los indultos. 8 octubre 2006 (de Página 12) “No es el momento de ceder al chantaje” Por Irina Hauser –Hijo mío, la vida de los hombres depende de Dios y de tu colaboración –contestó, imperturbable, el capellán de la Policía Bonaerense. Bozzi está desaparecido. Luis Velasco, que estaba detenido en el mismo centro clandestino y escuchó el diálogo, sobrevivió y puede contarlo. Su testimonio será central en el que se perfila como el próximo juicio por los crímenes de la última dictadura y que pondrá al párroco en el banquillo. “Más allá del miedo, no es el momento de ceder al chantaje”, dice Velasco, quien se confiesa afectado por la desaparición de Jorge Julio López, el albañil que testificó contra el represor Miguel Etchecolatz, aunque “decidido a ir a declarar”. Otros testigos de la causa contra Von Wernich contaron a Página/12 cómo se preparan entre sensaciones de “shock”, “desazón” y la “reactualización” de lo vivido, pero con la certeza de que “al terrorismo no se le puede responder replegándose”. Von Wernich será juzgado por su complicidad en 45 casos de privación ilegal de la libertad y torturas, por su participación en tres homicidios y por la apropiación de la hija de una pareja desaparecida. Así lo planteará el fiscal de La Plata Sergio Franco, quien elevará el expediente dentro de dos o tres semanas (ver nota aparte). Será el primer juicio oral que pondrá sobre el tapete la complicidad de lglesia Católica con las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. Hasta ahora sólo una de las sobrevivientes que tendrá que declarar en las audiencias les dijo a sus abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) que quiere protección para ella y para sus hijos. La mujer, que prefiere que no se conozca su nombre, pidió custodia y los métodos que haya para sentirse a resguardo y testificar tranquila. Durante la investigación sobre el papel de Von Wernich en el terrorismo de Estado, varios testimonios lo describieron como el capellán de la policía de Ramón Camps y de Miguel Etchecolatz que visitaba los centros clandestinos simulando dar “asistencia espiritual” a los detenidos, cuando en realidad iba a sacarles información y a torturarlos psicológicamente. También buscaba disuadir a las familias que denunciaban desapariciones. Omnipresente Después de la primera sesión de torturas Luis Velasco, que tenía 20 años, se topó con Von Wernich en la brigada de investigaciones de La Plata. Era julio de 1977. El sacerdote le puso una mano en el pecho y se burló: “Uy, te quemaron los pelitos”. Velasco pasó otro tramo de su detención en Arana, en el Pozo de Banfield y en la Comisaría 5a. En todos lados reaparecía el capellán. “Tuve una relación extraña con él –repasa–. La primera vez que lo vi trató de demostrarme que sabía mucho de mí y de mis hermanos. Me puse muy nervioso y me dijo ‘tranquilo, soy primo de Monona’, la mujer de mi tío. Tenía una foto mía, que le había dado mi familia creyendo que iba a localizarme. Nunca les dijo nada”, cuenta. “A mí me sorprendía que el tipo daba su nombre. Una vez le pregunté qué sentía cuando veía torturar y me dijo que nada. También tuvimos una discusión porque él decía que no debíamos odiar porque nos hubieran torturado”, recuerda. En otro de los diálogos siniestros que Luis presenció y ahora trae a la memoria, Héctor Baratti, quien había sido detenido junto con su mujer Elena de la Cuadra, que estaba embarazada, le dijo a Von Wernich: “¿Qué culpa tiene mi hija de haber nacido en cautiverio?” La respuesta, cuenta Velasco, fue: “Los hijos tienen que pagar la culpa de los padres y no se los vamos a dar a los abuelos para que críen terroristas como ustedes”. Luis se fue del país poco después de recuperar la libertad. Vive en España, desde donde habla con Página/12. Tenía planeado venir de visita en estos meses “pero no voy a ir ahora, estoy con miedo con la desaparición de López”, confiesa. “Evidentemente la situación está tensa y todo se concentra en el próximo juicio”, dice. “Soy consciente de que la mayoría de los cargos contra Von Wernich se basan en mi testimonio, es un duro honor que me toca. Tengo presiones familiares para no declarar, pero siempre lo hice y no voy a dejar de hacerlo. Pienso pedir protección y viajar. Más allá del miedo no es momento de ceder al chantaje”, se planta. Osvaldo Papaleo conoció a Von Wernich durante su detención en Puesto Vasco, entre marzo y octubre de 1977. “No era un curita guacho, era un hijo de puta. Cuando volvió la democracia andaba en un BMW. Era un jetón, en el Puesto venía a hablarnos en grupo o individualmente. Decía que el país estaba en una guerra. Defendía la dictadura, a Camps, y tenía discurso antisemita”, describe Papaleo. Para él “es de sentido común” declarar al juicio oral contra Von Wernich. “Es un compromiso con la sociedad mantener nuestros dichos y tratar de que se condene a los represores. No podemos dejar que un pedazo de la historia no se cuente”, advierte. Durante el Juicio por la Verdad en la Plata, Papaleo sostuvo: “Von Wernich no venía en función de ser asesor espiritual (...) venía en función de interrogador (...) conocía las declaraciones nuestras sacadas bajo tortura”. Convencido de volver a testificar le dice a este diario: “Yo declaro lo que vi y lo que sé. Cuando uno pasó por un campo de concentración queda vacunado contra el miedo”, dice. “Me sensibiliza la situación con López, me confunde un poco, pero no lo siento como un peligro inminente”, señala. Juan Ramón Nazar tiene 75 años, sólo dos menos que Jorge Julio López. Desde que comenzó la búsqueda del albañil, se pega a la radio todas las mañanas. “Siento desazón. Se me reactualiza todo lo vivido y con los días empiezo a temer que esto tenga las mismas características de lo que viví hace treinta años”, dice apesadumbrado. Nazar fue secuestrado en julio de 1977. Acababa de llegar a su casa después de cerrar la edición del diario La Opinión de Trenque Lauquen que dirigía y aún dirige. “Mi posición era crítica hacia la dictadura militar, no anduve con condescendencias”, explica. Las primeras cuarenta y ocho horas estuvo en una celda, vendado, sin que nadie le dijera nada. Luego lo llevaron a Puesto Vasco, donde se encontró con Jacobo Timerman “que cuando lo liberaron me dejó un pullover, un par de medias y una toalla”, rememora con afecto. En ese centro clandestino Nazar recibió la “visita” de Von Wernich. “Yo estaba en una celda de dos por uno y de pronto apareció un sacerdote con sotana. Dijo que venía a verme porque había sido cura en mi zona, 25 de Mayo. Que venía a darme auxilio espiritual. Le contesté que no comprendía su presencia, visitando a un desaparecido, y que no necesitaba ese auxilio en circunstancias tan irregulares. Fue un diálogo tenso, nunca volvió”, relata. A Nazar lo liberaron después de catorce meses. Recién supo quién era el capellán cuando se presentó en la Conadep y le mostraron una foto. “Estoy dispuesto a declarar ante la Justicia cuantas veces sea necesario. No tengo miedo de hacerlo ni voy a pedir protección. Lo que tengo es preocupación”, asegura. Sin miedo María Mercedes Molina nació en la Brigada de Investigaciones
platense en abril de 1977. Su mamá, Liliana Galarza, estudiante
de arquitectura, está desaparecida. Cuando se enteró de
que Von Wernich la había bautizado, sintió “mucho
asco”. “Me da asco cada día de mi vida, es algo que
me terminó de convencer de que yo no era parte de la Iglesia
católica”, dice. En la ceremonia, según algunos
testimonios, estuvieron Camps y el ex comisario Etchecolatz. A Mercedes
sus abuelos lograron sacarla del centro clandestino y por su abuelo
supo que el capellán “les mentía a los familiares,
les decía que no hicieran ruido, que no preguntaran ni presentaran
hábeas corpus, ya que se estaban exiliando y los podrían
perjudicar. Mis abuelos eran creyentes y confiaban en Von Wernich, hacían
todo lo que les decía.” Mercedes es querellante en el juicio
que se hará contra el sacerdote y todo indica que tendrá
que declarar. “La situación por la desaparición
de López me tiene shockeada, reaviva la historia. Pero no tengo
miedo. Empiezo a pensar que algo pasó, que se busca amedrentar,
para que testigos y querellantes nos quedemos quietos”, analiza.
“Espero que esto no frene los avances de la Justicia. Al terrorismo
no se le puede responder replegándose”. Sent: Wednesday, October 04, 2006 10:24 AM El caso lopez CITA CON EL HORROR PARADERO DESCONOCIDO INVESTIGACION: JL / ROMINA MANGUEL/ LUCIANA GEUNA / JAVIER “DJ”
ROMERO. 4 Octubre 2006 (de Págiona 12) (El dictador Reynaldo Benito Bignone está procesado por el robo
sistemático de bebés.) El llamado que aparece firmado por Bignone fue publicado en el sitio de Internet “Argentinos para la Memoria Completa”, la agrupación cuya presidenta era Karina Mujica, quien fue filmada en una cámara oculta del canal América. Bignone estuvo preso tras haber sido considerado por la Justicia como responsable del plan sistemático de robo de bebés. En octubre de 2005, la Cámara Federal ordenó su libertad porque consideró que ya se había vencido el plazo de la prisión preventiva. El mensaje de Bignone tiene un tono claramente reivindicativo de la represión ilegal llevada adelante por la dictadura. La frase con la que comienza la carta “terminen lo que nosotros no supimos ni pudimos terminar” suena inquietante, porque su autor no precisa a qué se refiere cuando habla de “terminar”. Si la Justicia considerara que se está instigando a cometer un delito, la convocatoria de Bignone podría implicar una violación al Código Penal. Según las agencias DyN y Télam, el texto apareció en el sitio de Internet www.me moriacompleta.com.ar. Cuando Página/12 ingresó a esa página web, donde se puede ver una foto del represor de la ESMA Ricardo Miguel Cavallo y una frase condenando su detención en España como una violación a la soberanía argentina, el documento de Bignone no pudo ser leído. El texto que apareció citado por las agencias de noticias abunda en metáforas y citas al Quijote de Cervantes. “¿A quién se le ocurre arremeter contra molinos de viento? Lo primero que surge para contestar semejante pregunta es pensar en algún descerebrado. Don Miguel de Cervantes Saavedra hizo que dos personas, un flaco, alto, sobre un caballo, y un petiso, gordo, sobre un asno, armados apenas con lanzas, no solamente lo hicieran, sino que además vencieran, ya que ellos perduran en la historia literaria mundial y de los molinos de viento nadie se acuerda y sólo muy pocos saben lo que son. Podríamos decir que así nacen los Quijotes y las quijotadas y también se reproducen en modernas embestidas contra molinos de viento.” El texto avanza explicando quiénes son esos “modernos Quijotes”. “Sin necesidad de mirar demasiado lejos, podemos referirnos a un caso reciente. Hay algunas diferencias, ya que ellos no son ni altos ni petisos, ni flacos, ni gordos, no van a caballo ni en mula: son jóvenes. Además no arremeten contra molinos de viento, sino contra personas de carne y hueso que, cargados de odio, deformaron la moderna historia argentina. Y ellos, que no la vivieron, pretenden ponerla en su lugar. ¿Qué es esto sino una heroica quijotada. ¿Cuánto más cómodos y tranquilos estarían si no se hubieran embarcado en esto? Es mucho lo que arriesgan en épocas difíciles y ellos lo saben. Sin embargo, armados de la verdad y los principios, sin lanzas como los personajes de Cervantes, pero con dedicación, trabajo, organización, la palabra oral y escrita, siguen adelante, seguros del triunfo final, ya que la verdad se puede deformar u ocultar por un tiempo, pero al cabo, aparece en toda su magnitud.” Para el remate final, Bignone –quien antes de terminar la dictadura
decretó la autoamnistía con el supuesto objetivo de superar
las heridas del pasado– eligió aquella conocida frase de
“ladran Sancho”. “De los personajes cervantinos también
surgió aquello de ‘ladran Sancho, es señal que cabalgamos’.
¿Quién puede negar que ‘están cabalgando’.
¡Y cómo!” Martes 26 de septiembre de 2006 | Julio López sigue
sin aparecer La movilización nacional se realizará luego de haberse cumplido más de siete días de la desaparición de este querellante y testigo del Juicio contra el represor Etchecolatz. Esta será la agenda en las principales ciudades del país: Capital Federal -- Pagina 12 - 31 agosto 2006 A la delincuencia juvenil la construye la clase media cómplice. ¿Se puede vivir con 3 pesos por día, 87 pesos por mes? “El hambre es una barbaridad, y notamos que en los últimos años no se ha modificado al menos en los grandes centros urbanos.” Es el primer problema a resolver. Y esto está en relación con la distribución de la riqueza. “Decenas de niños mueren por día por causas evitables y muchos que no mueren están dañados neurológicamente. Y esto se sabe. El problema del hambre es un problema de voluntad política y no de dinero.” Estos seres marginales forman parte de lo que Bausman denominó cuerpos residuales. Verdaderos residuos humanos. Lo excedente humano. 10% de los hogares más pobres reciben 65 pesos por mes y los más ricos disponen de $ 2226 (Indec). Los más ricos perciben 34 veces más que los más pobres y este excedente residual debe permanecer excluyente para sostener el capitalismo humanista. Ya llegará el tiempo de la justicia social. “Ahora hay
que construir cárceles” dice Blumberg. Todos estos niños del desecho son los desaparecidos de hoy. Desaparecen todos los días. El hambre los viene a buscar. Los desaparecidos de hoy son los muertos de hambre y de miseria. Todos los niños que viven bajo el subdesarrollo de los recursos humanos. Hoy la picana es la indiferencia ciudadana de un gran sector de la población frente al hambre. Un grupo de niñas formoseñas relataba por un programa de TV de qué forman ejercían la prostitución. Con total ingenuidad y obviedad. Una madre apareció diciendo que asesoraba a una hija menor. Todas entre 12 y 15 años. La recepción del televidente en su gran mayoría es obscena y procaz, como si también su mirada se convirtiera en una mirada cómplice y acrítica. Pero si existe un asalto en un departamento de la calle Agüero y Santa Fe la gente se conmociona y se indigna con pasión. “¿Hasta cuándo —parecen decir– seguiremos aguantando esta inseguridad?” Forman parte del ciudadano común que irá a la Plaza Blumberg a defender sus pertenencias. La marcha de Blumberg se asemeja mucho a las grandes marchas civiles de la burguesía alemana de 1925, que invadía y colmaba las calles de las principales ciudades alemanas vitoreando el nombre de Hindenburg (luego elegido presidente en 1933). Fue el eslabón que llevó a Alemania al nazismo. Los partidos políticos, incluidos los socialdemócratas, habían perdido representatividad en la ciudadanía. Un nuevo movimiento se estaba gestando, una nueva Alemania estaba surgiendo, desde el nacionalismo que ya estaba latente en 1914. Hitler ordenó, encauzó y hasta valoró el esfuerzo del trabajador alemán. Los halagó y allí se creó el nazismo. Investigaciones recientes han demostrado que un tercio del partido nazi fue votado por los trabajadores socialdemócratas. Casi todos obreros industriales. (Peter Fritzsche, “De Alemanes a Nazis”, Siglo XXI). El Hindeburg argentino del período prenazi es Blumberg. Las asociaciones civiles como la Stahlhelm guardan semejanza con la Fundación Blumberg y sus acólitos prenazis en su organización y fuerza de convocatoria. Los alemanes de clase media llegaron a considerar sus “barrios”, sus “zonas” como cada vez más nacionalistas y “familiares”. Eran protectores de “áreas”. Y eran muchos. Protectores de los bienes privados y sus fortalezas. Los Stahlhelm, asociaciones civiles y fundaciones pronazis, eran antisocialistas, pero no autocráticos; autoritarios y reaccionarios pero no exclusivistas. “Buena gente, bien intencionada”. ¿Alguien podría reprocharles que estaban gestando el nazismo? ¿Ese sensual nacionalismo fue el que llevó a Günter Grass a su incorporación a las SS? Como decía el otro día por radio 10 una señora: “Nosotros durante el proceso militar vivíamos bien y tranquilos, mis hijos podían salir a bailar y no tenía miedo, porque había una gran seguridad y no había peligro como ahora”. Este “recorte” de la realidad es una manera de percibir el mundo. El mundo es su familia. “Estábamos todos más tranquilos”. Esta subjetividad del ciudadano común no ha sido debatida ni estudiada hasta ahora. Pero allí se estaba gestando el germen del fascismo en un pequeño pensamiento inocente familiar. De ahí a la justificación de la represión hay un paso. No hay Terrorismo de Estado sin complicidad civil. Pero a veces creo, conversando con la gente, que el ciudadano común no sabía que era cómplice de nada. Era sólo un ciudadano que quería vivir en paz. Este es el gran problema a debatir. La nueva complicidad de hoy son los problemas de la seguridad. El 60% de nuestra población coloca al problema de la seguridad como prioritario. El 30%, el problema de las calles rotas, muy por encima de la desocupación y el desempleo que le preocupan al 10%. Los cuerpos residuales no existen en las estadísticas. El hambre
no se computa. El problema se ha convertido en cómo prevenirse
de esa masa subhumana que puede atacarnos a nosotros o a nuestras propiedades.
Esa es la idea central de Blumberg. La criminalización de la
miseria. Insisto: Blumberg es el Hindenburg de la época prenazi
alemana. Sus asesores apuntan en esa dirección, la Stahlhelm
Argentina. ......... Publicación: 02/01/2006 FALLO EJEMPLAR El juez en lo civil Claudio Ramos Feijoo condenó a Facundo Mazzini Uriburu, bisnieto del primer presidente de facto de Argentina, José Félix Uriburu, a pagar 70 mil pesos por discriminar a una mujer y su nieto. El incidente ocurrió el 8 de marzo de 2000 en un supermercado de Palermo. Por el hecho, Uriburu había sido condenado a diez meses de prisión en suspenso Por Marcelo Heredia Antes de que la justicia se tomara vacaciones de verano, el juez en lo civil Claudio Ramos Feijoo sentenció a que Facundo Mazzini Uriburu pague la suma de 70 mil pesos a una mujer por discriminarla, en concepto de indemnización por "daño moral". El incidente sucedió en marzo del 2000, en un supermercado de Palermo, y los afectados fueron Elisa de Souza de Melgarejo y su nieto. El episodio que derivó en las condenas ocurrió el 8 de marzo de 2000, cuando Elisa y su nieto estaban haciendo compras en un supermercado situado en Cabildo al 500 (Palermo). En un momento, escuchó que un hombre decía en voz alta: "A los negros hay que matarlos de chiquitos, como a éste". Ante el reclamo, la señora recibió como respuesta una lluvia de insultos: "Callate negra villera, negra sucia, andá a la puta que te parió". Por aquel acto, Mazzini Uriburu fue detenido y sentenciado a diez meses de prisión en suspenso. Elisa de Souza de Melgarejo es uruguaya y, en el momento del hecho, llevaba más de 27 años viviendo en el país. El acusado es bisnieto del general José Félix Uriburu, uno de los precursores en la costumbre militar de derrocar gobiernos constitucionales |
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