HERNÁNAMEIJEIRAS
Unen París, Buenos Aires, el Monte Blanco y el Aconcagua. Artistas europeos y latinoamericanos hacen una ‘reescritura’ de los 500 años La
artista plástica Teresa Volco acaba de participar de una serie
de experiencias y performances en el Monte Blanco -la montaña más alta
de Europa- relacionadas con un proyecto que comenzó en 1989 en el Aconcagua
y al que a fines de este año se le dará forma a través de la comunicación
entre ambos picos y las ciudades de París y Buenos Aires. El encuentro
en las cumbres de dos mundos, 500 años de amor y de odio intenta ser,
según Volco, una reescritura de la historia de la Conquista de América.
La historia, entonces, comenzó a reescribirse en 1989, cuando Volco,
Rubén Grau, Alcides Martínez Portillo, Juan Le Parc, Ortú Martín y Verónica
Artagaveytía realizaron en el Aconcagua un entierro de 21 esculturas
bifrontes -de un lado hombre y del otro mujer- que representaban la pareja
americana y que estaban rellenas de productos propios del continente (maíz,
semillas de flores, cacao, entre otros). Las obras, elaboradas en poliéster,
fueron depositadas en un pozo junto con una brújula y cuatro vasijas de
vino que marcaban los cuatro puntos cardinales. La experiencia se completó
con una serie de trabajos en las piedras del lugar. Luego, el grupo en
parte se dispersó, aunque Volco, Artagaveytía y Portillo hicieron una
instalación ambiental y performances en el Centro Cultural Recoleta, en
1990, con el nombre de Confluencias, tal como se llama el lugar del Aconcagua
–un cruce de dos ríos a más de 4000 metros de altura sobre el nivel del
mar- donde se realizó el entierro. "Después seguimos trabajando acá con
hitos parciales del proceso -comenta Volco-, tanto en forma individual
como colectiva, pensando en volver al Aconcagua en 1992, el año del tan
mentado V Centenario. Paralelamente, Juan Le Parc generó este año un proyecto
en Francia que consistía en demarcar el cuerpo de Europa en el punto más
alto del continente, el Monte Blanco". El proyecto pudo llevarse adelante
porque fue presentado en un Festival de los Hombres y la Tierra que se
hizo en Chamonix, una localidad francesa, y allí recibió un premio que
incluyó los auspicios para la experiencia y la impresión de 20 mil afiches.
En el proyecto del Monte Blanco -del que participaron, además de Voleo
y Le Parc, cuatro artistas franceses- se dividió la zona en pies, sexo,
manos, corazón y cabeza. En cada uno de esos lugares se realizaron instalaciones
y performances: en los sitios correspondientes a los pies, se hicieron
precisamente pies de seis metros de piedra y barro n todos los casos se
trabajó con los materiales recolectados en el terreno). En la parte del
sexo se limpió un terreno cubierto de piedras quedó formado un triángulo
con nieve; de noche, con maderas de la montaña, los artistas armaron una
especie de escultura con fuego, que fue ubicada en el centro de la figura.
Volco tuvo que volver a la Argentina tras participar de los trabajos en
los pies y en el sexo, pero señala que la idea era, en el sector del corazón,
hacer una escultura de ese órgano en nieve. En la cabeza -la cima del
Monte Blanco- se iba a colocar una figura humana en la que se introducirá,
al terminar el proyecto, un resumen microfilmado de toda la experiencia. El grupo Escombros distribuye 300 fragmentos del Albergue Warnes H. A. La Maga 11 de marzo de 1992.
El grupo Escombros, formado por seis artistas plásticos, comenzó a distribuir, en los últimos meses a 300 personas de la cultura, pequeños trozos de material del dinamitado Albergue Warnes en cajas de cartón. Hicimos esto como un símbolo de lo que fue una cultura en la Argentina", explica Juan Carlos Romero, uno de sus integrantes. El grupo, del que participan, además, Teresa Volco, Luis Pazos, Horacio D Alessandro, Héctor Puppo y David Edward, se formó en noviembre de 1988 y realizó desde entonces una serie de convocatorias al aire libre, generalmente en la calle o en lugares en ruinas. Escombros definió su concepción del arte en un manifiesto, " La estética de lo roto", que según Romero se basa en la idea de trabajar con lo que queda del país y de la ciudad". En este sentido, desde su creación el grupo llevó a cabo diversas experiencias de carácter multidisciplinario. En diciembre de 1989. por ejemplo, fundó -junto a más de 500 artistas- la Ciudad del Arte, en una cantera abandonada de La Plata. En junio de 1990, en colaboración con la organización ecologista Greenpeace, alzó una pirámide de basura junto al Riachuelo, en Avellaneda, como el monumento de una civilización contemporánea regida por el consurno. La obra de Escombros es siempre efímera y crítica. “Si bien somos artistas que exponemos en galerías" -señala Volco- “ creemos que ese contexto modifica la muestra, ya que va un público determinado y el factor ventas, además, actúa como condicionante” . Ahora el grupo -que obtuvo el premio a las experiencias 1990 otorgado por la Asociación Argentina de Críticos de Arte- está trabajando en torno a la “estética de la desaparición”. “Creo que todos pensábamos que cuando terminó el Proceso lo peor había pasado -explica Volco-, pero después nos dimos cuenta que nos quedaban muchas cosas muy terribles por atravesar. Hay fantasías, necesidades, sueños irrealizados, pedazos de realidad que se caen con vergüenza. La idea es volver a reflotar esos sueños y fantasías desaparecidas.
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