MartaSacco Carta Urgente
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con ojos de lince, oídos de murciélago, olfato de oso hormiguero, astucia
de tigre y tacto, podré prescindir de brújulas, no sin antes, en una rápida
operación extirpar el imán de cada una. Porque es preciso imperioso y urgente,
hallarte.
Aprenderé
los oficios más diversos, procuraré los cuatro elementos fundamentales, sujetaré
todos los utensilios y herramientas que estén a mi alcance, y tendré que animarme
a empuñar las armas, o mejor, aprender a esquivar las balas.
Llevo mi
equipo de supervivencia completo. Prescindo de mi teléfono celular, no tengo
alternativa. Como nunca recibí el consejo de nadie soy mi única responsable
y esa circunstancia suele agostarme.
Entonces
se desata imprevistamente ofreciéndose como una puta, porque sabe de mi interminable
sed, y conmovida consagro la cabeza.
Le pido
que sea el más tierno verdugo, que corte mi cuello a gotas de agua y sangre,
y me parta el cráneo con un trueno, que en un rito bautismal lave hasta el
vertex los dedos de mis pies, y acuda a consolarme si aparece el llanto.
Debería
marcharme. Lo que se deja ver sugiere como única salida conveniente, adentrarse
lo más lejos posible. Allí será inevitable e irresistible coincidir.
Sorprendida
siento como me invade por todos los flancos, lo dejo, para luego conquistarla.
El frío
que sobreviene a las altas temperaturas nos permite acordar, afortunadamente.
Entonces,
arreamos las blancas banderas y envueltos en ellas nos pertenecemos, sincronizando
como campanarios cibernéticos de una basílica antigua, que anuncian el acontecimiento.
¿Quién
fue de las dos, el que se atrevió a decir en voz baja?: –es tiempo.
estos ayres abril 1999
Carta dilucidar
Querida:
dilucidé por fin el misterio entre las grietas que los relámpagos anhelan
hilvanar por donde el cielo se aparea con el río: todo este tiempo estuve
definitivamente enamorada de tu poeta.
De su piel
todavía joven... por supuesto. De sus impunes arrebatos en mi espejo.
De-tenerlo
y soltarlo como a un hijo o amante. De tenerme también como hija y amarlo,
por saberlo como yo huérfano transformista del destino.
Querida:
No deberías permitirle resistirse a ser oídos. La palabra tiene contenido,
sentido, música, significado, significante.
Dile que
olvide sus medidas, desmesure su química y suprima los químicos.
Que no
se rinda en el campo de su cama ante físicos que podrían desintegrarlo; y
de las matemáticas, que desmemorice los cálculos y la raíz cuadrada.
Dile que
no olvide que EL AMOR sabe prescindir de pactos multipartidarios ¾artilugio de políticos¾ que casi siempre corrompen el alma.
Que aprehenda
de una vez por todas la lengua original cuando bese y la transmita. Que deje
de balbucear y se anime a pronunciar su nombre.
Dile que
sé de una mujer que a su edad ya había parido, y de un hombre que moría acribillado.
estos ayres 24 de marzo 1999
Valsecitos peruanos
El enemigo
se oculta detrás de una mascarita que le robó a un niño en el último carnaval.
Carece de armas y municiones de motivos y razones, sin embargo, está en la
mira de tu ojo derecho, mientras el izquierdo ciego en su órbita gira en espiral
hacia su centro.
Una formación
de cóndores andinos arrasa en vuelo inesperado decapitando las coloridas pupilas
de las flores, que hasta su ejecución crecían como sombreros en todos los
semáforos. "La ciudad ya no nos pertenece esta superficie perdió su prefijo",
te digo.
Decidida
elijo tres de mis objetos más preciados y los contengo como puedo en una mano.
Te convoco con un beso en la nuca mientras suplico que abandones la mira y
me mires. Señalo con el dedo anular en otra dirección y espero la señal que
se demora.
La sirena
de un barco encallado me cautiva, apareces y me invitas a bailar un valsecito
peruano. En el segundo giro mi primera caricia escama tu cintura y sangras.
Desesperada suturo tus heridas con mis dientes espigados y antes de amarrar
estalla tu risa en el aire, trepanas mi corazón con la mirada y ofrendas tu
lengua a mi boca.
Desarmada
me entrego y confieso. Por no merecer juicio ni pena alguna me absuelves y
escribes en la parte de atrás de un boleto capicúa: "siempre supe de
tu inocencia".
El barco
abandona su atolladero como un elefante despertando de una dilatada siesta
desnaufraga y se mece. Mientras tanto, un marinero con turbante de seda interpreta
esa melodía milenaria. Encantados y extenuados por la danza nos adormilamos
sobre el tálamo de corolas que desde ayer cubre la calle.
Esta vez, una bandada de golondrinas con
los picos deslumbrantes acaricia en vuelo rasante nuestra forma, de inmediato
recuperan cierta altura para transformarse en mariposas y depositar el brillo
en los tallos cercenados. Desde entonces estás a mi lado y en las tardes persistentes
de domingo, adoro bailar valsecitos al compás de esa melodía milenaria.
JULIO XXI
CUANDO
LOS PÁJAROS DUERMEN
Agotada
por conquistar territorios anegados
donde no alcanza a germinar el tallo
que conceda imaginar esa flor deseada
ofreciéndose impunemente bella,
en pétalos de colores desconocidos,
en aromas penetrantes
que no provoquen heridas,
sólo huellas.
Ella, extenuada
por imposibles
se aprestará a montar en pelo del último centauro,
para llevarse a la boca el fruto vital
y no parar de arar cielo y tierra
hasta quebrar la línea del horizonte
en surcos perpendiculares
que derramen semillas.
Y en el
aire disputar cada una a las gaviotas,
transformar sus belicosos picoteos
en el beso singular de las especies
que condimente la más sabrosa salsa,
sustancia original, leche esencial
tamizadora de lo áspero... y suave,
muy suave, prescindir de la tecnología.
No la quiere
ni en la mesa, ni en la cama,
ni en el cajón de almácigos
donde seguirá cultivando el mismo berretín,
ofrendar sus prominencias al sol
para que él tenga un gesto con la luna.
La punta
de su fría nariz,
el pico de su cuerpecillo incandescente.
el extremo de sus torneadas extremidades,
la orilla de sus genitales rezumantes,
la frontera de su inocencia.
en el crepúsculo,
o al alba,
cuando los pájaros duermen.
estos ayres 18 de junio de 1999
Frente a la Pantalla en Blanco
Recurro a mi entorno por la red.
Conecto con mi posición favorita y me sumerjo en los sitios donde estuve navegando
últimamente.
Nunca tuve filiación alguna pero
esta vez voto a los vínculos que permitan la búsqueda avanzada en esta interna.
Es preciso eficacia en la exploración,
y certeza en el hallazgo. Los segundos son caros al alma y la intuición me
indica no abusar de sus recursos.
Llego a la conclusión que con todos
los idiomas podemos decir lo mismo. Reviso los archivos guardados como. Consulto
sus propiedades.
Abro, cierro, abro y vuelvo a cerrar.
Esa diástole y sístole acelera el músculo más resistente... me caliento.
Minimizo, no me atrevo a eliminar,
restauro. Tengo la opción de reciclar o adquirir sin compulsión, pero vertiginosamente,
lo nuevo.
Me atrevo, inserto símbolos, fecha
y hora, imágenes, referencias cruzadas, vínculos.
En el fondo de la fuente vislumbro
los bordes del mapa y el detalle de sus accidentes en mayúscula.
Elijo la letra capital y su formato
pero no la escribo, porque tengo que aprender a no decirlo todo.
Quiero ver el esquema, resaltar
provocar y proteger los cambios. Reemplazo indago, selecciono y recurro al
pegado especial de los abrojos.
Apelo a las herramientas y los
espacios rompen el silencio lineal. Cuento los minutos y palabras.
Ya tengo el guión, y el actor principal
jugando las escenas que componen la película, pero no basta, necesito crédito,
producir.
Abro otra ventana y me tildo en
el pegado especial. Esdrújula me cuelgo, en el balanceo conservo el equilibrio
en un hilo de luz. Tomo la cámara enfoco... pido acción.
Va de nuevo, acción... corten sin
lastimarse, compongo, edito. Guardo y preparo el lanzamiento como un atleta
olímpico.
El día del debut se apagarán las
luces y proyectaré –sin censura previa– en una avant premier, donde, por supuesto
están todos invitados.
estos Ayres 10 de abril de 1999
SOLO
POR HOY
¿Quiénes encontrarán las preguntas?
después
de que me anime a dar con las respuestas
Certeras certezas, demoledoras de dudas
clandestinas,
subversivas, marginales.
Capaces de subastar el solitario
que practica
equilibrio murmurando
fantásticas
historias en mi oreja derecha.
Esa gente no tendrá más nada que aportar
cuando
se cierre el caso sin ninguna prueba.
Mientras los de aquí brindan
los de
allá rezan.
Por el medio pasa una procesión
que canturrea
con colchones en la cabeza.
Sólo lo hacemos para dormir tranquilos.
Sólo por hoy.
estos Ayres 21 de abril de 1998
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